Para definir lo que entendemos en esta categoría como alfombras de pelo corto, nos referimos a todas aquellas alfombras de nuestro catálogo cuya superficie lleve hilo cortado, con una longitud máxima de hasta aproximadamente 10 mm. Eso excluye las alfombras de pelo más largo, que tienen su propia categoría, y las alfombras cuyo trenzado sea de nudo, con independencia del tipo de material con el que estén trenzadas, que no entran en esta división.
Las alfombras de pelo corto tienen un carácter bastante diferente al de sus hermanas de hilo largo, aunque comparten con ellas su vocación de ofrecernos un acabado basado en el hilo cortado como referente, buscando la pisada cómoda y acogedora. La diferencia respecto a las alfombras de hilo acabadas en nudo (tanto boucle como de cualquier otro tipo) son bastante más aparentes que lo que las diferencia de sus hermanas de hilo más largo.
Los tipos de trenzado y texturas son tan amplias como podamos imaginar, ya que no es una clase homogénea ni uniforme. Aquí encontrarás por ejemplo desde alfombras de polipropileno con pelo compacto y apretado de pisada firme hasta suaves alfombras de viscosa con delicados relieves de hilo cortado a apenas un par de miĺimetros. Y entre medias alfombras de poliéster o mezcla con texturas creativas, llenas de relieves, colores y diseños actuales, tanto en versiones más clásicas o más modernas.
No hay límites ni normas para las alfombras de pelo corto: las puedes encontrar en medidas estándar y modelos ya confeccionados, pero también hay una amplia selección de alfombras para confeccionar a medida, que te ofrecerán distintas longitudes del pelo, grosores, firmeza de pisada, niveles de resistencia y mantenimiento, y otras diferencias más o menos sutiles.
Igualmente encontrarás tanto alfombras lisas como alfombras estampadas, ya que el pelo corto es indiferente al diseño de las alfombras. De su versatilidad da idea que se puedan hacer alfombras de hilo corto con materiales tan diversos como algodón, poliéster, polipropileno, viscosa, acrílico...
Las alfombras de pelo corto encuentran su lugar allí donde las de hilo más largo resultan demasiado expansivas y donde las alfombras de nudo no son suficientemente comunicativas, si nos permitís expresarlo con esta metáfora. Buscan la calidez y aspecto hogareño que solo una superficie de pelo puede ofrecer, pero con el punto de austeridad justo para mantener la decoración dentro de unos determinados márgenes que buscan delimitar un espacio lleno de viveza pero sin estridencias.
Una alfombra de pelo corto del mismo grosor que una alfombra de nudo no ofrece más altura, sino se está definiendo con un tipo de actitud diferente, como invitándonos a pasar la mano o el pie descalzo por su superficie y así integrarnos con ella y con el espíritu decorativo que representa.
Son por otro lado más fácilies de mantener que las de hilo más largo, que por su propia naturaleza son más proclives a acumular polvo y suciedad. Por eso son una solución de equilibrio entre el plano decorativo y el aspecto práctico.