Las alfombras vinílicas son alfombras que tienen, por lo general, vocación de discretas sin que eso signifique que sean aburridas en absoluto.
Son alfombras tejidas, es decir, con trama y urdimbre, y aunque sean muy finas y lisas es esa característica, la de ser alfombras trenzadas, lo que les da carácter y textura.
Sus fibras admiten gran variedad de colores y trenzados, lo que se traduce en texturas muy variadas. Por lo general son alfombras que se ven casi lisas, pero ese "casi" es lo que marca la diferencia de una alfombra aburrida a una alfombra amena y acogedora.
En estos ejemplos de arriba vemos una alfombra vinílica bitono combinando dos beiges, una alfombra color marfil de trenzado étnico con borde negro y una alfombra vinílica sin cenefa de un solo tono en color grafito, haciendo como aguas formadas con un fino trenzado blanco.