Un osito con una piel casi de verdad
La piel sintética con la que está hecha esta alfombra con forma de osito es tan larga, densa y gustosa que pensarás que es de un oso de verdad... pero no te preocupes: ningún oso ha sido herido en la elaboración de esta alfombra, ni siquiera el oso Yogui.
Es una alfombra de pelo largo, pero muuuuy largo: nada menos que 60 mm de longitud tiene el pelo de esta alfombra, de modo que si te la pones al hombro parecerás un cazador del Yukon, en Alaska.
No hace falta decir, pero lo decimos, que el tacto es suave y acariciador: es una de estas alfombras que estarás deseando tocar con la mano y con el ple descalzo.
Está disponible en dos tonos, como si uno fuera oso negro y el otro un grizzly, para entendernos. También hay dos tamaños para elegir (como la osa mayor y la osa menor). Es una alfombra ideal para dormitorios, tanto de niños y jóvenes como de adultos que busquen un acogedor toque de elegancia con un punto exótico. O también para el recibidor, o para ese rincón del salón que está aburrido y vacío.
Lo mejor es que, además de ser una preciosa alfombra, también es muy práctica, ya que se puede lavar en lavadora, directamente, en programa frío. Para eso la base es flexible y permite que se doble, aunque luego puesta en el suelo se pega al piso y queda plana.
En suma, una alfombra con encanto que además cuida el aspecto práctico.